(Bibiana fuma. Manuel lee el periódico sin reparar en ella, pero al levantar la cabeza observa la provocadora acción de Bibiana).
MANUEL. No se debe fumar en un teatro.
BIBIANA. Tampoco se debe mentir en el amor.
MANUEL. Yo nunca he mentido.
BIBIANA. Ni yo estoy fumando…
(Bibiana le echa el humo en la cara a Manuel y el músico comienza a tocar…)
Así comienza El amor está en el aire… ¡y aquí no hay quién respire! El Teatro Olympia de Valencia anoche acogió el estreno de la comedia musical de Félix Sabroso, una grata sorpresa sin duda para el espectador.
Hace unos días, en la rueda de prensa, nos prometieron historias de amor cotidianas que llegarían al público, y lo cumplieron. A través de diez escenas, con un estilo que recuerda al microteatro (pero de larga duración), cuentan los diferentes estados de una relación apoyados en una más que acertada escenografía sencilla, con una mesa y un sofá de protagonistas, y una iluminación adecuada a cada movimiento de los personajes.
Actoralmente, Bibiana Fernández y Manuel Bandera despliegan todas sus armas consiguiendo comerse el escenario en todo momento (¡durante la hora y media de espectáculo!), defendiendo a dos personajes muy particulares, guiados por el amor y el orgullo, que desatan las risas de los espectadores.
En cuanto a la música, ambos actores cantaron con sentimiento canciones del siglo XX muy conocidas en el panorama musical español, aunque quizá, si hay que criticar algo, es aquí donde no consiguen transmitir del todo la historia, pues algunas canciones están un poco forzadas incluso otras ni siquiera son españolas (están en italiano). Quizás el público hubiese disfrutado más con canciones más populares, aunque tal vez el propio musical huía de las típicas melodías célebres.
Aun así, el público disfrutó de una maravillosa noche donde el amor estuvo presente en cada risa, en cada lágrima, en cada aplauso, en el teatro… en general, el amor estuvo en el aire.
L.J.
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