Hola gente!! Espero que llevéis mejor que yo esta ola de calor, aunque la ventaja de estar encerrada en casa con el aire acondicionado echando humo, es que por fin puedo sentarme a escribir un poquito.

Del musical Hamilton os hemos hablado de pasada sobre su #Ham4Ham, el espectáculo que hacen en las lotteries, o en nuestro Bway para principiantes, nombrándolo el musical #mustsee de la temporada… pero no hemos llegado a escribir analizando el musical en sí.

Tras el éxito (totalmente predecible) en los Tonys y la salida de varios de sus actores protagonistas, ha llegado el momento de contaros con calma qué tiene de especial este musical.

Empezaremos por el principio.

Lin Manuel Miranda, de ascendencia puertorriqueña criado en NY entre partituras de grandes compositores y música rap, llegó para revolucionar Broadway allá por 2008 (después de su paso por el off) con In The Heights. Aquel musical basado en el barrio neoyorkino de Washington Heights, seguía la historia de un grupo de habitantes latinos del barrio y sus sueños de algún día abandonar el ghetto. Hasta aquí podríais decirme «nada nuevo bajo el sol»… cierto, la novedad de este musical vino con el tipo de música (salsa, hip-hip…), que sonaba por primera vez en los escenarios de la Great White Way, y el elenco principalmente formado por latinos y otras minorías. Aquel musical, nominado a 13 Tonys y premiado con 4 sentó el precedente para este musical que nos ocupa y elevó el nombre de Miranda a la fama del show business.

Poco después del estreno de In The Heights, Lin Manuel decidió llevarse un libro ligero para lectura de verano en sus vacaciones: Alexander Hamilton, por Ron Chernow, la biografía de uno de los padres fundadores de los EEUU  que pasó de ser un inmigrante sin más recursos que su cerebro a fundar el sistema financiero americano, con la friolera de 813 páginas. Leyendo ese libro, Miranda llegó a la conclusión de que la vida de Hamilton (al que podéis ver en los billetes de 10$ si sentís la curiosidad) reflejaba a la perfección lo que plasmaban sus raperos favoritos en sus canciones. Y es que, en palabras de Lin Manuel, tiene perfecto sentido el uso de canciones hip-hop en un musical, ya que la temática de la mayoría de las canciones presenta paralelismos con las típicas canciones «I wish» («Yo quisiera») que forman parte de la estructura de cualquier musical. Fue entonces cuando, alternando con el resto de proyectos que Lin Manuel llevaba en danza, Hamilton: An American musical comenzó a tomar forma.

la-et-cm-hamilton-broadway-box-office-20150812No ha sido hasta casi 10 años después cuando hemos podido ser testigos del fruto del trabajo de Lin Manuel. Hamilton se estrenó en el Public Theater a principios del año pasado. Tal fue la acogida del público y la crítica que se agotaron las entradas para toda su estancia y fueron muchos los famosos que fueron a ver el espectáculo antes incluso de su aterrizaje en Broadway (incluida la Primera Dama, Michelle Obama). Obviamente, con estos antecedentes, tal fue la anticipación que se generó, que para cuando fue a abrir en Bway, ya eran las entradas más difíciles de conseguir de NY… Salvo si eres Obama, al Presidente de los EEUU le gusta tanto que lo ha visto 2 veces (una de ellas invitando a su círculo cercano del partido) e hizo la introducción de la actuación de Hamilton en los Tony Awards.

¿Pero qué tiene este musical que tiene a todo el mundo loco?

Pues parte del secreto del éxito está en el reparto: en lugar de intentar imitar a los personajes históricos que representan, han intentado adaptar esos personajes a la actualidad real de los EEUU con sus diferentes etnias y minorías, es decir, por ejemplo, nos encontramos a un George Washington o Thomas Jefferson negro (lo cual aún tiene más ironía, ya que Jefferson, por ejemplo, era esclavista). El vestuario es de época pero dejando un regusto moderno, vistiendo el elenco una especie de uniforme color claro, incluidas mujeres, con peinados modernos. No obstante, los personajes protagonistas sí visten fieles a la época, ellas y ellos, resaltando sobre el fondo de ladrillo y madera. Porque una de las cosas que hacen a Hamilton tan atractivo visualmente es su simplicidad, dejando que la música y las coreografías expliquen lo que no es necesario mostrar.

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hamiltonbway0109r2-phillipa-soo-ren-e-elise-goldsberry-and-jasmine-cephas-jones-d23a8b0bc760d91027213a96953d4e78d22a3927-s900-c85La otra parte, la principal, del secreto del éxito es la música. Melodía y libreto firmados por Lin Manuel Miranda, entreteje estilos que van desde el hip-hop al pop más puro, pasando por el R&B y el soul. Todo esto podría ser una auténtica locura sino fuera porque el uso de cada uno de estos estilos está completamente justificado y ayuda a la progresión de la narración: cómo no, Hamilton cantará hip-hop, los mensajes del Rey Jorge III de Inglaterra son tan pop como si salieran del teclado de los Beatles, las hermanas Schuyler podrían ser las Destiny’s Child de la época y en el Parlamento no se debate, se rapea. Maravilloso, ¿no creéis?

Además, no puedo dejar de asombrarme cada vez que escuchando la letra de una canción me sorprendo pensando qué bien describe a determinado político de nuestro país o cómo se ajusta al pensamiento de la gente o la forma de actuar de tal político.

Un político que habla demasiado, da guerra y hasta con los de su propio partido tiene un poco una relación de amor-odio… ¿os suena?

«Why do you assume you’re the smartest in the room?
Soon that attitude may be your doom!«

(«¿por qué asumes que eres el más listo de la sala?, pronto esa actitud será tu perdición»)

Un político que es tan hermético con sus ideas que realmente no sabes hacia que lado tira…

«He’s not very forthcoming on any particular stances
Ask him a question: it glances off, he obfuscates, he dances»

(«No es muy abierto/comunicativo en ningún tema en concreto. Hazle una pregunta: mira a otro lado, se ofusca, baila..»)

Alguien que aparenta cercanía, que resulta atractivo, con quien podrías coincidir en un bar…

«I like that Aaron Burr! I can’t believe we’re here with him!
He seems approachable…? Like you could grab a beer with him!»

(«¡Me gusta ese Aaron Burr! ¡No puedo creer que estemos aquí con él! ¿Parece cercano…? ¡Como si te pudieras tomar una cerveza con él!»).

Cada uno que tome sus propias conclusiones, pero desde luego es indudable que en este musical hasta las letras dan que pensar. No sé yo, pero mucho comparar la política con la serie de Juego de Tronos… cuando, en realidad, deberían estar comparándola con Hamilton!!

Con esto espero haber conseguido trasladaros un poco de nuestro entusiasmo por Hamilton a quienes todavía no lo conocierais, entreteneros a los que ya lo hicierais e invitaros a compartir vuestras opiniones si estáis de acuerdo o en desacuerdo con los paralelismos que veo con la política actual. Y a nuestros políticos les invito (metafóricamente, que ellos se pueden permitir el viaje y las entradas mejor que nosotras) a ver Hamilton y ya cada uno que extraiga su moraleja y sus propias conclusiones.

rtx1ne26-e1462287108790.jpgM.