«Evita» vuelve a Madrid para estrellarse contra el techo de cristal 35 años después de su estreno en España

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Jackie Kennedy, Diana de Gales, Michelle Obama, Carla Bruni… ¿Qué tienen las primeras damas que nos fascina tanto? ¿Por qué mitificamos tanto la figura de estas mujeres siempre a la sombra, siempre «detrás de su gran hombre»? ¿Nos conformamos en realidad con esta posición de apoyo, de muleta del Señor Presidente?

Esta es la historia trágica de «Evita», Eva Duarte de Perón, protagonista de la nueva versión, dirigida por Jaime Azpilicueta y protagonizada por Inma Mira, del musical de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber que podemos ver en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid hasta el 23 de octubre. La historia de una mujer que quería ser grande y lo consiguió… hasta donde la dejaron. Y es que este musical tiene muchas lecturas y ambigüedades en las que merece la pena detenerse. ¿Se penaliza la ambición como un rasgo en el carácter de una mujer? Sí, desde luego. Al margen de la actuación política, de sus aciertos o errores, de hipocresías y despilfarros, lo que se palpa en la carrera de obstáculos hasta el éxito que fue la vida de Eva Duarte, y que constituye el argumento de la obra, es la hostilidad que provocan su iniciativa y su perseverancia. Evita pasa por encima de insultos, desprecios y envidias, implacable en su deseo de triunfo hasta llegar a ser la impulsora, la razón fundamental del ascenso de Perón. Porque, si algo resulta evidente en esta historia, es que sin el carisma de Evita («la corista») el general Perón no habría alcanzado las cotas de popularidad de las que gozó.

Personalmente, creo que siempre es un placer escuchar la fantástica música de Lloyd Webber, que en el montaje de Azpilicueta brilla especialmente en la voz de Inma Mira, y sólo por eso merece la pena acercarse a la calle Alcalá. Sin embargo, esa no pareció ser la opinión del público del pasado 22 de septiembre a juzgar por el espectáculo lamentable que ofreció  al finalizar la representación, cuando la mitad de los espectadores del patio de butacas huyó en desbandada mientras los actores y el director aún saludaban en el escenario, para aprovechar, eso sí, el cóctel que esperaba a la salida. Una falta de respeto penosa al (dificilísimo) trabajo de quien ha intentado hacerte pasar un buen rato durante algo más de dos horas.

En el elenco completan el trío protagonista Ignasi Vidal como Perón y Jadel Luis Delgado como Che Guevara, narrador de la historia a pesar de que en la vida real los dos personajes jamás se conocieron.

Lucía Ríos