En estas últimas semanas habréis podido comprobar como estamos on fire, Bway no da a basto, y es que esta temporada Barcelona es un hervidero de actividad digno del mismísimo NY. Uno de los estrenos – o mejor dicho, reestrenos – de esta temporada es Molt Soroll Per No Res en el Teatre Nacional de Catalunya o lo que es lo mismo, la adaptación musical de la obra de teatro de Shakespeare Mucho Ruido Y Pocas Nueces (Much Ado About Nothing). Ya he comentado en más de una ocasión cuánto me gusta un buen Shakespeare, porque pocos escriben comedias (y tragedias) como lo hacía El Bardo. Y, sobretodo, NADIE escribe ya diálogos, monólogos o soliloquios como los suyos. Quién no se imagina, en un arrebato de pasión, gritando eso de «¡oh, si yo fuera un hombre! O tuviera un amigo que fuera un hombre por mi, pero no quedan hombres de verdad (…)». Simplemente maravilloso.
«Oh, if only I were a man! Or had a friend who would be a man for me! But there are no real men left».
La historia, una clásica comedia de enredos con una pareja de amantes oficiales, amantes extraoficiales y un malo, malísimo intentando frustrar el amor como venganza personal. Y es que, quizás algunos no conozcáis este detalle, pero el título original de la obra, Much Ado About Nothing («mucho lío por nada» si tradujéramos literalmente), es en realidad un juego de palabras ya que «nothing» (nada) en la época en la que fue publicada se pronunciaba igual que «noting» (escuchar, cotillear) e incluso se podría ir más allá, siendo una forma en la jerga de la época de referirse a determinada parte de la anatomía masculina. Lo dicho, la típica comedia de enredos. Eso sí, aderezada con guiños al cine clásico.
Lógicamente, partiendo de ese material, uno ya tiene buena parte del trabajo hecho. Si la base es buena, todo lo que sumes sólo hará que añadir valor. ¿Cómo es eso que dicen? A más azúcar, más dulce. Sin embargo, partiendo de esa misma premisa uno también se puede encontrar con una hiperglicemia, un empacho por intentar decorar lo que ya era bonito, sobrecargar lo que ya estaba bien. ¿Cuál es la medida correcta?¿Cuándo pasa de ser dulce a empalagoso?
Molt Soroll Per No Res camina sobre esa delgada línea. Manteniéndose sorprendentemente fieles al texto y la historia original, incorporan una banda sonora de lujo a base de clásicos de Cole Porter consiguiendo un regusto a clásico, a gran musical digno del Teatre Nacional de Catalunya. No obstante, igual que le pasa al TNC, ese enorme edificio con pretensiones de templo romano pero acústica de auditorio escolar, la producción quizás peca en su afán por ser original, por darle un giro de tuerca a este clásico. El hecho de ambientar la historia en un set de cine del Hollywood dorado de los años 50 aporta una estética cuidada que es todo un derroche visual, pero que confunde la trama, despistando al espectador en cuanto a dónde transcurren realmente determinadas escenas o de dónde salen determinados personajes. Una pena.
Pese a este defecto, pocas pegas más se le pueden encontrar a este musical que ya triunfó la temporada pasada y que ha vuelto esta temporada con muchas caras nuevas para acabar de arrasar entre la muy competitiva cartelera barcelonesa. Caras nuevas como la conocida Silvia Abril interpretando a Beatrice, quién hubiera dicho que aquella Niña de Shrek acabaría siendo la encargada de recitar una de las mejores citas de Shakespeare (o de protagonizar su segundo gran musical, todo sea dicho). Porque otra cosa que destaca de esta producción, que sí cuenta con una orquesta en directo -algo que se ha convertido un tema controvertido últimamente debido a los muchos musicales que se han pasado a la música enlatada para abaratar costes- es que el elenco está formado por cantantes y actores de texto, defendiéndose estos últimos muy dignamente en sus canciones. Así, en el reparto encontramos de nuevo a David Verdaguer en el papel de Benedicte, a Jordi Coll como Don Pedro, Aida Oset como Hero y Albert Triolà como el malvado Don Juan. A ellos se suman Josep Palau para interpretar al enamorado Claudio, Màrcia Cisteró como el huracán Leonata, Guillem Albà que no acaba de colgar del todo sus zapatones de payaso en esta producción o Victor Gómez que deja atrás todo el drama de Rent para convertirse en el tremendamente afeminado tío de Hero. Completan el reparto Oscar Muñoz, Lloll Bertran, Georgia Stewart, Jordi Vidal y Pau Ferran. Esta vez, Àngel Llàcer se queda entre bastidores dirigiendo la producción, porque últimamente este hombre parece Dios y está en todas partes, pero suponemos que hasta la omnipresencia tiene sus límites.
Con todo esto, Molt Soroll Per No Res es un musical ligero que no os hará reflexionar sobre los propósitos ocultos de la humanidad pero que os hará pasar dos horas muy entretenidas con muy buenas actuaciones y grandes canciones… ¡¿y por qué no?! ¡unos actores de muy buen ver! Porque siguiendo las analogías con las que hemos empezado este artículo, a nadie le amarga un dulce. 😛
Así que, como dicen en el musical: «Fem-ho! Fem tots l’amor!»*…Y qué mejor sitio para enamorarse que Molt Soroll Per No Res.
M.
*Hagámoslo, hagamos todos el amor.
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