Como sabéis, el pasado domingo estuvimos disfrutando de Un día cualquiera en el Teatro Flumen de València. Lo que no os había contado todavía es que antes de la función varios de sus protagonistas nos dedicaron unos minutos de su tiempo. Os dejo qué nos contaron Oriol Burés (Warren) y Laura Enrech (Deb).
BiS: ¿Cómo describiríais Un Día Cualquiera en vuestras propias palabras?
Oriol Burés: Es un musical que cuenta la historia de 4 personas que viven en NY y que a través de su rutina diaria nos muestran las cosas extraordinarias de lo cotidiano, la belleza de las cosas simples.
Laura Enrech: Sobre cómo, de repente, se entrecruzan historias que pensabas que nunca se juntarían y cómo acciones pequeñas pueden tener repercusiones muy grandes.
BiS: Laura, tú has estado viviendo en NY. ¿Cuánto se acerca este musical a la realidad de lo que es vivir en NY?
LE: Pues la verdad es que bastante. NY es una ciudad en la que, de repente, suceden cosas que no suceden en otros sitios. Es el epicentro de tantísimas historias, se han generado tantas cosas allí que los neoyorquinos tienen una predisposición distinta hacia la vida y las cosas simplemente suceden, esto es muy cierto.
BiS: ¿Cómo es venir de gira en mitad de una pandemia? Porque sois unos valientes…
LE: Bueno, eso la productora, La Coja.
OB: ¡Son unos VALIENTES en mayúsculas y en neón!
LE: Es muy, muy surrealista, la verdad.
OB: Y a la vez se agradece mucho que tanto la gente del teatro Flumen como La Coja se embarquen en esta aventura. Para todos los actores del sector, cuando vemos productoras valientes asomando la cabeza y que tiran adelante porque apuestan por la cultura… Somos un sector que desde que llegó la pandemia nos estamos reinventando, desde el minuto 1 estamos luchando no tanto para salir de la situación sino para poder estar ahí mientras dure la situación.
LE: Claro, para poder estar ahí y reivindicar que nuestro modo de vida es válido también en pandemia, que creo que nos sentimos anulados a muchos niveles.
OB: Es extraño y maravilloso a la vez. También estamos muy acostumbrados ya, porque sabemos que nuestra situación es incierta y por mucho que tengas un planning sabes que puede variar hasta el último momento, porque son factores que no dependen ni de la productora ni del teatro, están por encima.
BiS: En las producciones a las que hemos podido asistir desde que se desencadenó la pandemia hemos podido presenciar cómo existe una vibración diferente en la platea, ¿Cómo os llega a vosotros, que además ahora apenas podéis ver media cara del público?
LE: Depende mucho de la sala, de cuan cerca o cuan lejos estés, pero sí que he notado que después de la pandemia la gente que viene al teatro viene muy beligerante y muy reivindicativa, casi como una declaración de intenciones: esto es lo que queremos hacer. Y entonces aplauden y viven las obras de una manera distinta, se respira otra cosa.
OB: Es verdad también que nosotros veníamos de estar en una sala en la que teníamos al público muy, muy cerca y este ha sido nuestro primer contacto con un teatro a la italiana, donde el público está lejos. Inicialmente no sabíamos si el público estaba enganchado con la función o no, porque es una cosa que tú vas regulando como actor, pero al final cuando vimos que sí lo estaban y que estaban viviéndola súper bien. Fue lo que dice Laura: la reivindicación de somos gente que hemos venido al teatro porque queremos ver teatro… se agradece un montón y es súper emotivo. Que la gente se levanta a aplaudir primero porque les ha gustado lo que han visto pero también dándonos las gracias por haber hecho esto y por haber generado teatro en estas épocas. Yo creo que la gente lo necesita también.
BiS: ¿Con qué os sentís más identificados -tanto de vuestros personajes como de cualquier otro personaje del musical?
LE: Deb es muy controladora y es algo con lo que yo me identifico mucho porque yo intento buscar siempre la tranquilidad en sentir que tengo las cosas bajo control. Realmente el proceso que tiene Deb en la obra es rendirse ante la evidencia de que no tiene n.p.i. de qué está haciendo ni qué va a hacer y simplemente obligarse a vivir en presente. Eso es algo con lo que yo me topo una y otra vez en la vida… y con una pandemia por medio incluso más, así que imagínate, es un viaje bastante fuerte para mí.
OB: Pues yo con Warren me identifico mucho con su ilusión y con el dejarse fluir, que sí que tiene unos objetivos en la vida pero tampoco tiene un plan de vida. Él sabe que empezará el día aquí pero no sabe dónde lo va a terminar y creo que eso Oriol lo hace bastante (Laura: ¡pues a mi eso no me sale!). Yo tengo un punto que las cosas espontáneas y la improvisación me gustan bastante, hay muchas veces que me permito ser espontáneo en mi día a día y eso creo que lo comparto mucho con Warren.
BiS: De todo el musical, ¿cuál es la canción que más os llega independientemente de si es vuestra o la canta otro compañero?
OB: No es porque sea de Laura y mía, pero a mi el encuentro en el tejado me llega mucho. Podría decirte que hay 3 canciones que me mueven del musical: la jaula de edificios, estoy aquí y el dueto del tejado.
LE: El dueto del tejado. La primera vez que realmente me puse a escuchar el musical, ya sabiendo que iba a hacerlo y estaba en modo estudio, cuando llegué a la parte del dueto en el tejado tuve que parar porque me emocionó muchísimo. No te puedo decir de otro personaje porque tengo la suerte de que mi fragmento favorito del musical lo cantamos nosotros.
BiS: Por último, ¿cuál es el mensaje que se lleva la gente a casa de este musical?
OB: Yo creo que una cosa buena que tiene este musical es que cada uno saca su lectura.
LE: No tiene una moraleja ni tiene una pretensión de que todo el mundo salga pensando “x”. Lo guay es que como son dos historias muy distintas y personajes hiperdistintos entre sí, creo que cada uno va a coger aquello para lo que esté preparado o lo que necesite recoger en ese momento. Yo a lo mejor veo esta obra ahora y recojo una cosa, pero la veo dentro de unos años y resuena otra.
OB: Lo que recoges son cachitos de lo que ves, te puedes quedar con un fragmento de una historia y otro de la otra y es tu conclusión del espectáculo. Depende mucho del viaje que hagas tú como espectador y de tu momento vital.

Con esto sólo me queda recordaros que podréis ver Un Día Cualquiera únicamente el sábado 13 y domingo 14 en el Teatro Flumen de València. Luego no digáis que no os he advertido.
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