Suerte en mi Vida Producciones, que ya nos derritió el corazón la temporada pasada con su musical original Barcelona 24H, sigue demostrando que no hay pandemia que les frene y acaban de estrenar un nuevo musical en el Teatre Gaudí: La Vida en Pedazos. Se trata de otro musical de pequeño formato pero muy distinto al anterior… más oscuro y profundo.

Nos cuenta la historia de Carolina (Marta Ribera), una mujer que vive encerrada en sí misma desde que su marido le pidió el divorcio. Sus dos hijos (Marc Flynn y Clara Altarriba) han intentado ayudarla a superar la depresión, pero ella se resiste. Sin embargo, mientras su hija aprende a coger un poco de distancia y crear su propia vida, su hijo mayor descubrirá un secreto familiar que puede cambiar sus vidas. ¿Vale la pena sacar a la luz la dolorosa verdad? ¿Es lícito esconder un secreto si con ello evitas hacer daño a tus seres queridos? Os aseguramos que la trama no deja indiferente, genera debate y permite al público sacar sus propias conclusiones.

El musical está escrito por Sergio Toyos, dirigido por Xènia Reguant y las maravillosas canciones (nos quedamos prendadas del tema final) son de Dídac Flores, que, además, es quien pone la música en directo al espectáculo e interpreta al entrañable profesor de piano (nos encanta como este equipo siempre introduce al pianista como personaje en la acción).

Siempre es un placer ver a Marta Ribera encima de un escenario y si encima es a un metro de distancia, interpretando a un personaje tan complejo como este y cantando canciones de gran exigencia vocal, la experiencia es una auténtica masterclass. Marc Flynn y Clara Altarriba no se quedan cortos y demuestran estar a la altura, con una madurez interpretativa que sin duda refleja la experiencia que ambos tienen. Se nota que se llevan bien fuera del escenario y la relación entre hermanos pone el toque de sentido del humor perfecto para rebajar las tensiones del drama en los momentos necesarios.

En definitiva, pese a que es una propuesta diferente a lo que este joven equipo de talentos nos había ofrecido hasta ahora -más seria y dramática-, vale la pena dejarse llevar por la intensidad de esta historia y las melodías que la acompañan. ¡No lo dudéis y corred al Teatre Gaudí!

Paola Marín