Llega a valencia un viento de oriente cargado de buena música y grandes interpretaciones. Y es que, desde el 21 de septiembre, se puede disfrutar en el Teatro Olympia de Valencia de El Médico, el musical basado en la célebre novela de Noah Gordon

El Médico se reinventa y vuelve a los escenarios esta vez de la mano de Beon.Entertainment. Una nueva producción con la misma esencia, pero con nuevas caras y aires diferentes. Repite la música de Iván Macias, el texto de Félix Amador y el vestuario de Lorenzo Caprile. Ignasi Vidal toma las riendas como director artístico. Esta vez, el elenco está encabezado por Guido Balzaretti, Cristina Picos, Sergi Albert y Paco Arrojo.

Rob, un chico huérfano inglés se convierte en aprendiz de Barber, un barbero-cirujano que ayuda a la gente a la par que le saca el dinero. Rob aprenderá el oficio hasta que un día ve a un médico judío que opera algo que para él era imposible. Será entonces cuando decide cruzar medio mundo para ir a aprender medicina a la ciudad de Isfahán. Emprenderá un camino en el cual conocerá el amor y luchará por hacerse un hueco en la ciudad persa a pesar del conflicto de religiones y costumbres.

La historia tiene de todo. No deja de ser una historia de superación y un poco de amor, pero la narración es diferente, incluso a veces un poco cruda. Hay belleza, pero no es un cuento de hadas. Se sitúa en época medieval, donde la muerte y el conflicto entre cristianos, judíos y árabes eran muy reales. Es una obra que mezcla estos momentos dramáticos e históricos con comedia y humor, formando un cóctel perfecto, de los que nos gustan en Bway in Spain.

Además, se acompaña de una música maravillosa. Las canciones son pegadizas y necesarias. Ya sabemos que muchas veces se peca de poner canciones “para hacer bonito”. Pero no es el caso. Cada canción te narra una parte de la historia y te hace entender a cada uno de los personajes (que no son pocos la verdad). También cabe destacar que las canciones a muchas voces me pierden, y este es un musical con ese tipo de canciones. De las que te erizan la piel.

Después tenemos un elenco completamente nuevo y totalmente acertado. Una mezcla de caras conocidas y desconocidas que transmiten una pasión brutal del musical y del teatro. Así que, aunque voy a hablar solo de los protagonistas, os puedo hacer un pequeño spoiler y mandar mi enhorabuena a todo el elenco. A los veinte actores y actrices. Bueno, y ya que estamos también al resto de la compañía, pues para hacer posible este musical viajan más de cincuenta profesionales.

He de confesar que tenía dudas sobre el protagonista. Las comparaciones no son buenas, lo sé, pero el personaje de Rob había sido interpretado anteriormente (prepandemia) por Daniel Diges y Gerónimo Rauch, dos de nuestros favoritos de la casa. Guido Balzaretti tenía una gran responsabilidad, ¿y sabéis qué? Superó todas mis expectativas. El joven e inocente Marius (Los Miserables) no está por ningún lado. Hace una interpretación bestial y desde aquí queremos darle la enhorabuena. Guido, eres como el vino, mejoras con los años.

Por otro lado, la interpretación y la voz de Cristina Picos como Mary, una joven escocesa que, durante el viaje de negocios de su padre a Persia, conoce a Rob y se enamora de él (¿y quién no?), también es magistral. Sergi Albert, que interpreta a Barber, demuestra su gran talento musical y nos regala un Barber canalla pero que en el fondo tiene su corazoncito. Por último, Paco Arrojo también nos sorprende para bien. Su personaje, Sha, es digamos el malo de la película, más o menos, porque es un hombre cegado por el poder pero que a través de las canciones llegas a entender, incluso a empatizar con él. Y eso Paco Arrojo lo consigue con creces.

También es muy necesario hablar del vestuario, el cual, tuvimos la suerte de verlo de cerca, pues nos abrieron las puertas de los camerinos para enseñarnos con detenimiento los cientos de trajes que utilizan los personajes. Está realizado con telas de infarto, y cuidado con un esmero y cariño especial. Nos explicaron que se lava con una máquina especial de ozono, incluso, algunas piezas, las envían a especialistas, como la gran capa de guerra que colocan al Sha. Además, es un vestuario que refuerza la historia. La obra transcurre entre Inglaterra y Persia, y solo con la ropa ya se puede entender quienes son los personajes, incluso a qué religión pertenecen. Y eso sin duda es de agradecer.

A mi, personalmente, me encantan los detalles, que todo me haga entrar en la historia. Y es aquí donde, quizá, salí más descontenta. Pero para que no me malinterpretéis, os pongo en situación. Lo he dejado entrever antes, y es que yo ya conocía el montaje anterior, el que estuvo en Madrid. Esta nueva producción no le tiene nada que envidiar, excepto, a mi parecer, en cuanto a la escenografía. ¿Y qué pasa con la escenografía? Que no tiene nada que ver. En Madrid había grandes estructuras, había dunas, había un palacio… (y hasta aquí puedo leer). En este montaje hay escenografía, pero menos, reforzadas con pantallas.

Pudimos hablar un poco al respecto con Ignasi Vidal, el director, y nos comentó que a él le suelen gustar las producciones cuanto más sencillas en la escenografía mejor. Y es que tiene razón que muchas veces algunos objetos no son “necesarios” pues con la interpretación de los actores ya entras en el juego. Es la magia del teatro.

Pero quizá el problema resida en que este musical fue ideado en su momento como un musical de gran formato, con su gran historia, su gran música, su gran elenco, su gran vestuario y su gran escenografía. Sin embargo, en el Teatro Olympia, ese musical de gran formato se queda un poco pequeño, con los veinte actores un poco apretados y sin la majestuosidad de la anterior escenografía.

Aunque vuelvo a lo que he dicho antes, las comparaciones son odiosas, pero es que necesitaba decirlo. Para aquellos que no lo llegaron a ver en Madrid, la nueva propuesta funciona perfectamente. Y ojo, que quiero dejar claro que no seré yo quien desprecie el esfuerzo de esta nueva producción. Porque, además, mi yo ilustradora, apreció los paisajes que mostraban las pantallas, y mi yo utillera y técnica, la complejidad de los diferentes escenarios que se sucedían y complementaban, consiguiendo siempre una profundidad y un mensaje claro de dónde se encontraban los personajes.

En resumen, El Médico es sin duda uno de esos musicales que vale la pena disfrutar en vivo al menos una vez en la vida. Un imprescindible que estará en Valencia hasta el día 9 de octubre. Quedan muy pocas entradas, así que date prisa si quieres disfrutarlo en tierras valencianas.

L. Juanes

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