Qué mejor que pasar una de estas calurosas noches de verano en la montaña de Montjuic, al aire libre y en un entorno de ensueño: el Teatre Grec de Barcelona. Como cada verano, el Festival Grec nos trae una oferta de espectáculos variadísima, en la que no podía faltar su apuesta por el teatro musical. Este curso nuestra comunidad ha estado de luto por el fallecimiento, el pasado mes de octubre, del padre del teatro musical moderno, Stephen Sondheim. Por ello, en una temporada en que no han faltado los títulos del autor en los escenarios de nuestro país (Company, Golfus de Roma…), era necesario un tributo a este gran compositor y el Teatre Grec ha sido el lugar ideal para homenajear al maestro como se merece.
Podríamos estar horas y horas hablando sobre Stephen Sondheim… su sello a la hora de componer es inconfundible (pese los numerosos y distintos musicales que compuso) y su personalidad y su influencia en otros compositores (Jonathan Larsson o Lin Manuel Miranda han llegado a afirmar que de no ser por él no se hubiesen dedicado a componer) provocaron un giro de 360º en el mundo del teatro musical. Tras aprender durante años de la mano de grandes maestros como Rodgers & Hammerstein, a los 27 años ya se encargó de poner letra a las canciones de West Side Story, nada más y nada menos. Sin embargo, pese a escribir las letras de otros grandes musicales, como Gypsy, no se encasilló como letrista y en 1962 compuso su primer musical, Golfus de Roma, con el que ganó su primer premio Tony. En los años 70 nacieron varios de sus grandes musicales: Company, Follies, A Little Night Music, Sweeney Todd... Algo más tarde llegaron Sunday in the Park with George, Into the Woods, Assassins… Con una carrera tan prolífera y con títulos llevados incluso al cine, no es de extrañar que algunas de sus canciones sean consideradas clásicos o incluso himnos para los amantes del teatro musical.
En definitiva, no era tarea fácil hacer una buena selección de canciones que combinara los grandes clásicos del autor que no pueden faltar con aquellas pequeñas joyas menos conocidas que invitaran al público a conocer un poco más el repertorio del artista, pero lo consiguieron. Pudimos disfrutar de temas como Not While I’m Around, Being Alive y Losing My Mind (nuestras favoritas), de la archiconocida Send in the Clowns, de un final apoteósico con Sunday (no podía ser de otra manera) y de sorpresas como If Mama was Married, Putting it Together, Take me to the World o Epiphany de Sweeney Todd. Nos hubiese gustado escuchar más versiones originales y menos traducciones (aunque somos conscientes del trabajazo invertido en las traducciones, ya sabéis que somos un poco puristas con este tema y, al fin y al cabo, también se estaba homenajeando a uno de los mejores letristas de la historia), pero las interpretaciones fueron impecables.
Junto a la orquesta Pops Symphony, de 40 músicos, dirigida por Xavier Torras, fueron ocho los cantantes que nos deleitaron con sus voces como solistas y a coro: Dulcinea Juárez, Lydia Fairén, Roser Batalla, Xènia Garcia, Frank Capdet, Jan Forrellat, Pitu Manubens (¡por favor, que alguien monte una nueva producción de Sweeney Todd con él de protagonista, ya!) y Toni Viñals, todos ellos con amplia experiencia en teatro musical y en espectáculos de Sondheim, tuvieron momentazos para lucirse a nivel vocal e interpretativamente y nos emocionaron al unir sus voces con temas como Side by Side by Side o el Tonight Quintet de West Side Story.
En fin, un concierto como esos de Broadway que solemos ver en bucle en Youtube, pero que esta vez pudimos disfrutar aquí y en directo. Un homenaje hecho con un gusto exquisito, que reflejó un profundo respeto por la obra de Sondheim y un regalo inolvidable para el público que, como nosotras, le admira profundamente. Qué suerte la nuestra.
Paola Marín
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